Viernes 23 de febrero de 2013, 18.30 horas:
Después de una aprovechada y divertida tarde en el curso de community intentando reinventarme y, como casi todas las tardes, después de una charla con los compañeros que se dirigen al metro me dispuse a pasear hasta donde tengo aparcado el coche; por supuesto fuera de la zona azul.
Bajaba por la calle Ciudad de Barcelona y en un momento determinado me ha dado la impresión que no me encontraba en Madrid. Gris, lluvioso, la acera llena de pequeños charcos donde al pasar los coches ponen perdidos a los viandantes...pero lo peor no era eso, lo más notable ha sido que, sin darme cuenta, me he transportado a una ciudad del norte de Europa:
Berlín,
Hamburgo,
Goteborg,
Helsinky...
ciudades en la que sus gentes suelen ser
inexpresivas,
germanas,
oscuras.
No podía creer lo que veía y sentía. Madrid, que siempre ha sido chispeante, alegre, divertida, llena de risas, de guiños...donde hasta los días grises se calzaba uno las "catiuscas" y se iba a pisar charcos a escondidas de su madre.
Berlín,
Hamburgo,
Goteborg,
Helsinky...
ciudades en la que sus gentes suelen ser
inexpresivas,
germanas,
oscuras.
No podía creer lo que veía y sentía. Madrid, que siempre ha sido chispeante, alegre, divertida, llena de risas, de guiños...donde hasta los días grises se calzaba uno las "catiuscas" y se iba a pisar charcos a escondidas de su madre.
Ahora hay una nueva realidad, la de un pueblo que da pena ver como pasea sus caras llenas de
tristeza,
humillación,
desgana,
impotencia.
Debí sacudir mi cabeza y volver, volver de ese pequeño viaje a la Europa oscura; esa parte de Europa que desea que todo el mundo se comporte como ellos, vestidos con sus trajes grises de "alemanes", sin sonrisas, sin deseos, sin ganas por la vida.
tristeza,
humillación,
desgana,
impotencia.
Debí sacudir mi cabeza y volver, volver de ese pequeño viaje a la Europa oscura; esa parte de Europa que desea que todo el mundo se comporte como ellos, vestidos con sus trajes grises de "alemanes", sin sonrisas, sin deseos, sin ganas por la vida.
Hay dos formas figuradas de beber cerveza: por litros y litros como en su Fiesta o con amigos y unas tapitas sintiendo el aire del Mediterráneo, o de la meseta en tu cara.
No nos puede ganar esta partida donde la prioridad de ellos es satisfacer sus intereses
económicos
y
financieros.
Ya no solo por nosotros sino por nuestros hijos.
"No aceptes lo habitual como cosa natural. Porque en los tiempos de desorden, de confusión organizada, de humanidad deshumanizada, nada debe parecer natural. Nada debe parecer imposible de cambiar".
Bertolt Brecht
económicos
y
financieros.
Ya no solo por nosotros sino por nuestros hijos.
"No aceptes lo habitual como cosa natural. Porque en los tiempos de desorden, de confusión organizada, de humanidad deshumanizada, nada debe parecer natural. Nada debe parecer imposible de cambiar".
Bertolt Brecht
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