sábado, 12 de enero de 2013

El tema de Güemes me ha hecho pensar que las habilidades de mucho de los políticos solo se centran en lo económico y en su propia ambición monetaria. Cuantos ganaríamos todos si esa ambición se centrase en la posibilidad de generar confianza y futuro para todos los que verdaderamente lo necesitan, es decir, el genero de persona que da sentido a la función pública, es decir al verdadero político.

Pero eso no es lo peor. El descaro y la impunidad es alarmante.







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